El síndrome de muerte súbita del lactante es toda aquella muerte inesperada e inexplicable de un niño menor de 12 meses mientras duerme.
Este, sin duda, es uno de los temas que más miedo y preocupación genera en las madres recién estrenadas. Cierto es que aunque la incidencia es baja (0,55 casos por 1000 en países desarrollados), cuando conocemos un caso y sus devastadoras consecuencias, no podemos evitar buscar la información más fiable en un intento de prevenir tal fatal acontecimiento.
Mucho se ha estudiado acerca de la Muerte súbita del lactante y mucho han ido cambiando las recomendaciones a lo largo de la historia en función de los resultados de cientos de estudios llevados por comités de expertos.
Los pediatras y por tanto las familias deben disponer de esta información actualizada para prevenirlo en la medida de nuestras posibilidades.
Estas son algunas de las recomendaciones que debemos conocer:
- Dormir boca arriba en una cuna al lado de sus padres durante los 6 primeros meses de vida. Ni de lado, ni boca abajo. Los niños han de dormir boca arriba. Existe evidencia que esta postura reduce hasta un 50% el riesgo de muerte súbita.
- La cuna ha de estar despejada. Colchón firme. Sin muñecos, sin peluches y sin gasas.
- El exceso de ropa aumenta el riesgo. Déjale las manitas y los brazos libres, que se pueda mover con libertad.
- No fuméis ni permitáis que nadie fume en las estancias del bebé.
- Ofrécele el chupete. Parece existir menos riesgo de muerte en aquellos niños que duermen con chupete. Si le das el pecho, espera al menos un par de semanas hasta que la lactancia esté bien establecida.
- La lactancia materna tiene un efecto protector frente al síndrome de muerte súbita del lactante. El colecho, a su vez, favorece la lactancia materna. Pero ¿aumenta el riesgo de muerte súbita practicar colecho? Después de las últimas investigaciones parece ser que sí. Por lo tanto los expertos son claros y emiten las siguientes recomendaciones. No debe recomendarse colecho en los siguientes casos:
Niños menores de 3 meses.
Niños prematuros o con bajo peso.
Padres que consuman tabaco, alcohol, sedantes o drogas.
Situaciones de cansancio extremo, como es el postparto.
Colechar sobre superficies blandas: sofás, sillones, camas de agua…
Compartir la cama con otros familiares, con otros niños o con múltiples personas.
Sé que los primeros tres meses estáis agotadas, que lo más cómodo si estáis dando pecho es tenerlo en vuestra cama y que se sirva él solito, lo sé, porque yo también pasé por ahí pero no debemos desatender a las recomendaciones oficiales que tantos años de estudio y de investigación han necesitado para llegar a estas conclusiones. Así que esta noche si se despierta, póntelo al pecho, que mame cuánto quiera y cuando termine, de vuelta a su cunita, a tu lado.
Créditos:
Dra. Lucía Galán Bertrand. Pediatra - Autora del blog Lucía, mi pediatra
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